La optimización, el desarrollo de nuevos productos y las personas consumidoras marcan los retos clave de la cadena alimentaria

Empresas, grupos de investigación y entidades de referencia en el sector agroalimentario analizan las claves de la industria en el segundo evento del año organizado por el Parc Científic de la Universitat de València en el marco de Innotransfer, programa de innovación abierta que impulsan los cinco parques científicos valencianos con el apoyo de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI)

De acuerdo con el Comité Estratégico de la Innovación Especializado (CEIE) de la AVI, según el contexto en el que se encuentra la Comunitat Valenciana, la jornada responde a la necesidad de optimizar la producción tanto en el sector primario, como en la industria alimentaria, al tiempo que debe apostarse por el desarrollo de nuevos productos que, con el foco centrado en el consumidor, contribuyan a impulsar una dieta más sana y equilibrada.

La oportunidad que representa para la Comunitat Valenciana el desarrollo de alimentos y bebidas para la nutrición de precisión, dirigida a segmentos específicos de la población constituye uno de los nuevos desafíos en el sector agroalimentario. Este fue uno de los tantos puntos que se pusieron de manifiesto en el encuentro Cadena alimentaria: Retos y soluciones desde la producción primaria al consumo, que se celebró el pasado 20 de septiembre en el auditorio Marie Curie del Parc Científic de la Universitat de València (PCUV) dentro del programa de innovación abierta Innotransfer, que cuenta con el apoyo de la Agència Valenciana de la Innovación (AVI).

En esta línea, Pedro Carrasco, director del Parc Científic, ofreció un discurso de bienvenida en el que resaltó el objeto de la jornada: la alimentación y la cadena alimentaria. «Son temas de actualidad por diferentes causas como por su importancia para el consumidor y las empresas agroalimentarias en la Comunitat Valenciana, por medidas como la creación del PERTE agroalimentario que busca incrementar la colaboración publico-privada en este sector, o por iniciativas como ‘De la granja a la mesa’, que forma parte del Pacto Verde Europeo y persigue la neutralidad climática de aquí a 2050, fomentando el sistema agroalimentario actual», completó.

Además, el director del PCUV presentó la Incubadora de Alta Tecnología en Agroalimentación Sostenible, AgrotecUV, de la cual es coordinador. «Esta iniciativa nace porque tenemos un parque científico potente con un ecosistema de referencia, tanto en investigación como en transferencia», explicó. Asimismo, añadió, que «la Universitat de València actualmente es la universidad líder en España en agroalimentación, según el Shanghai ranking». En este contexto, se creó una incubadora que tiene el objetivo de promover la creación de startups agrotech y foodtech basadas en la I+D+i. Finalmente, Carrasco explicó los requisitos y beneficios de la segunda convocatoria, que se cerrará el próximo 17 de octubre.

Por su parte, Rosa Donat, la vicerrectora de Innovación y Transferencia de la Universitat de València incidió en la importancia de «optimizar la producción tanto en el sector primario como en la industria alimentaria, al tiempo que se potencia el desarrollo de nuevos productos que contribuyan a impulsar una dieta más sana y equilibrada con el foco centrado en el consumidor final». Además, destacó el contexto de conflicto bélico en Europa, un hecho que marca «la necesidad de aumentar la colaboración entre los actores implicados en la cadena de valor agoralimentaria como elemento clave para mitigar el impacto del desarrollo socioeconómico sobre los recursos naturales, a la vez que se potencia la salud de las personas y del planeta».

«En los próximos años el sector de la alimentación va a estar marcado  por un cambio sustancial en los hábitos de consumo para potenciar una dieta mucho más saludable que ayude a prevenir y combatir distintos tipos de enfermedades. Y en este contexto se hace más necesario que nunca campos como la nutrición de precisión, actuaciones en seguridad alimentaria, y desarrollo de nuevos alimentos y valorización de residuos, siempre con el foco puesto en promocionar un entorno vital más saludable «, concluyó.

«En los próximos años el sector de la alimentación va a estar marcado  por un cambio sustancial en los hábitos de consumo para potenciar una dieta mucho más saludable que ayude a prevenir y combatir distintos tipos de enfermedades», Rosa Donat, vicerrectora de Innovación y Transferencia de la Universitat de València

Olivia Estrella, secretaria General de la AVI, hizo hincapié en la relevancia de la cadena agroalimentaria en la Comunitat Valenciana, que «se erige como un sector clave en nuestra región, tanto por su peso en la economía como su capacidad de vertebración a nivel  territorial». «Este sector lo componen 3.000 empresas, y según lo acredita el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), se cifra su impacto económico en un 10% del PIB regional y emplea al 12, 2% de la población ocupada», resaltó. A su vez, añadió que «actualmente existen 130 mil establecimientos de producción agraria, alimentaria y de distribución, activos en las tres provincias», de hecho, apuntó que «los diferentes eslabones de la cadena de valor generan alrededor de 240 mil empleos, y su peso en la economía regional representó 9.400 millones de euros en el año 2021».

En este sentido, a nivel nacional, Estrella incidió que «la Comunitat Valenciana se sitúa entre las tres autonomías junto a Andalucía y Cataluña, que más contribuyen al desarrollo de la cadena de valor agroalimentaria en España». «Esta historia de éxito, nos ha situado entre las regiones más exportadoras del país, y se explica por la capacidad que hemos tenido innovación y de adaptación a los cambios que han demostrado a lo largo de las décadas los distintos eslabones de la cadena de valor», completó Estrella.

Actividades agroganaderas y extracción de recursos

La necesidad de optimizar la producción en el sector primario, bajo conciencia medioambiental, da lugar a la generación de una tecnología con sistemas inteligentes para mejorar la producción agraria. Esta necesidad, enmarcada dentro de la primera fase de la cadena alimentaria, marcó la primera mesa redonda de la jornada, en la que se analizó la importancia de que la cadena alimentaria debe partir de una materia prima que aporte un valor nutricional en la dieta del usuario en la fase final, ya que posteriormente va a ser transformada y distribuida en la segunda fase. En este sentido, se presentaron algunas soluciones en la detección de plagas, así como en la obtención de productos agrarios compatibles con el medio ambiente.

Así, Gustavo Gómez, investigador del CSIC en el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio), expuso los principales avances que se consiguieron en cuanto a los sistemas inteligentes en la detección y control de patógenos, y es que señaló que «los cambios que ha habido en los últimos años han sido fundamentales», ya que según explicó durante mucho tiempo los diferentes sectores que trabajaban en la investigación relacionados con la agricultura estaban separados en diferentes departamentos, y con la mejora del conocimiento de los mecanismos de regulación comenzó a verse que «estábamos frente un problema que era meridianamente único, en el cual, los diferentes cultivos reaccionaban de manera coordinada a los diferentes tipos de estímulos». Así, se comenzaron a diseñar herramientas de detección basadas en la identificación de marcadores que pudieran ser comunes no solamente a la presencia del patógeno.

En este sentido, el grupo liderado por el investigador del I2SysBio, trabaja en sensores portátiles que puedan ser utilizados por los agricultores en el campo para conocer principalmente no solo la presencia de un patógeno, si no también, cualquier otra alteración funcional que pueda estar sufriendo un cultivo por cualquier tipo de estrés tanto biótico como abiótico. Por su parte, Antonio Cerveró, director de Innovación en Ciencia y Tecnología de Rovensa Next, señaló que existen tres tipos de avances en este campo, «la formulación, la aceptación y el manejo de soluciones de origen biológico y el compromiso de las organizaciones a ser cada vez más sostenibles».

María R. Albiach, fundadora y CEO de ValGenetics, expuso que empezaron «con técnicas moleculares clásicas y PCR, pero con la llegada de las técnicas óhmicas y de precisión de secuenciación masiva ha sido una verdadera revolución en nuestra empresa y en el sector».  De hecho, según aseguró «mediante la secuenciación masiva podemos identificar todo tipo de patógenos». Además, hizo referencia a la colaboración existente con el grupo de Gustavo Gómez, con el que trabajan la generación de kits de diagnóstico de fácil uso para el usuario y kits de diagnóstico que ayudan tanto a sanidad vegetal como a empresas, para que a través de laboratorios propios sean capaces de ir controlando su stock de plantas, y puedan ir viendo como cada vez generan productos mejores y con mayor calidad».

En el caso del catedrático de Fisiología de la Universitat Jaume I (UJI) , Aurelio Gómez, puso el acento en «la generación de herramientas para intentar establecer el estado hídrico de los cultivos de forma sencilla, rápida y transferible al sector» , y es que según advirtió, «existe tecnología disponible», pero su grupo dispone de «una tecnología que todavía puede aportar más al agricultor para establecer cuál es el estado hídrico de su cultivo, y por tanto la salud de sus plantas, y la producción de las mismas». Asimismo, hizo hincapié en un sistema de cultivo in vitro que les permite cultivar plantas en estanterías para producir metabolitos de interés. «El sector ha empezado a modernizarse, aunque todavía le queda un largo recorrido por hacer. No hablo de las empresas biotecnológicas, sino que hablo de las empresas de agricultura, empresas de producción», concluyó.

«El sector ha empezado a modernizarse, aunque todavía le queda un largo recorrido por hacer. No hablo de las empresas biotecnológicas, sino que hablo de las empresas de agricultura, empresas de producción», Aurelio Gómez, catedrático de Fisiología de la Universitat Jaume I (UJI)»

Transformación y distribución de los alimentos

En esta fase de la cadena alimentaria se distribuyen los productos de la  fase primaria de forma directa o previa transformación. Antes de llegar al consumidor, el género puede ser sometido a diferentes procesos como el lavado, pelado, cortado, triturado, o por ejemplo, se le extraen los zumos, grasas u otros componentes. Existe una gran variedad de procesos y productos así como un elevado nivel de especialización y tecnificación. En ese sentido, José Ángel Pérez, catedrático del Área Tecnología de Alimentos UMH, explicó que un gran porcentaje del dátil ilicitano no se utiliza, en concreto, «más de 20.000 toneladas dátil comestible» se desperdician, y ahí es donde entran ellos para «aportar soluciones a un hecho identitario». «El dátil es único, ya que es una fuente de riqueza nutritiva que la mayoría desconoce. Es un reto saber que hacer con el dátil ilicitano a través de la valorización», advirtió.

Así, Juancho Escobar, fundador y CEO de la empresa instalada en el PCUV, Qomer, destacó que «al requerir como consumidores y usuarios de los ingredientes el origen de los mismos, salta una nueva tendencia y una necesidad, que es la transparencia». Según expuso, «venimos de un modelo de consumo en el que servía cualquier tipo de material, pero ahora necesitamos esos procesos de transparencia y esos procesos de tracción dentro de toda la cadena alimentaria, para que todos sepamos cuales son nuestros roles y los desafíos para poder levantar toda esa información y ser muy fidedignos a la hora de contar la historia de los ingredientes».

Carlos Coquillat, fundador y CEO de The Cottage Ritual S.L. , en relación a la demanda de productos más sostenibles por parte de los consumidores, hizo hincapié en la información que facilitan en su establecimiento sobre el origen del café o las ventajas de los productos derivados del dátil, por lo que intentan «dar un empujoncito al cambio cultual que vamos necesitando los consumidores».  Finalmente, Manel Feltrer, CTO de WinusBio, defendió que «es necesario el impulso de startups y de ideas tanto que tengan tecnologías muy avanzadas como que no». «Nuestras perspectivas futuras es dar a conocer el proyecto y continuar con estudios, para poder presentar resultados» de un trabajo dedicado a la transformación de los residuos de naranjas generados en la Comunitat Valenciana.

Consumo y manipulación de alimentos

Dentro de esta industria, la última fase de la cadena alimentaria, se erige como uno de los puntos más importantes. Este es el último eslabón, en el que el producto llega al consumidor final. En este punto, Francisco J. Barba, profesor Titular del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública- ALISOST UV, explicó que están trabajando con diferentes tecnologías innovadoras de procesado que «de cara al consumidor tiene un interés muy grande, porque se pueden desarrollar nuevos alimentos que tengan seguridad alimentaria».

A su vez, Purificación García, doctora por la Universitat Politècnica de València en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, identificó la impresión 3D de alimentos como una de las líneas de investigación en las que trabajaron desde el grupo que lidera. Comenzaron a trabajar esta línea debido a las «demandas de chefs y empresas de restauración colectiva». «La impresión 3D no viene a revolucionar el mercado de los nuevos productos agroalimentarios, pero al final es una alternativa, para grupos de población que tengan determinadas necesidades especiales, por ejemplo, en el caso de disfagia o personas mayores», y en estos casos, añadió, que «puedes hacer un alimento a medida, porque puedes poner los ingredientes que necesitas». Por último, puso el acento en la comunicación, sobre todo «en el reto de ir a preguntar al usuario de los productos o tecnologías que ofrecemos si realmente lo entienden».

En relación con esta temática, Marta Calatayud, investigadora Ramón y Cajal – IATA-CSIC, apuntó que para ella es «muy importante entender la conexión que tenemos con todo el entorno y con lo que consumimos». Por ello,  abogó por «no quedarnos a medias en el proceso», por lo que «a nivel de nutrición y de salud se debe ampliar la visión que se tiene», ya que gracias a la comunicación, destacó que «se pueden generar muchas sinergias positivas para desarrollar productos que al final sean beneficiosos para la salud». Además consideró «muy necesario incorporar la microbiota en los procesos de seguridad alimentaria,  procesos de interacción y de digestión, es decir, tenerla en cuenta como un elemento modulador».

Para concluir, desde la perspectiva empresarial, Carlos Aspas , CEO y fundador de La Finesse Truffles, puso el acento sobre los retos, en concreto, en la conservación del producto. «Trabajamos con un producto que tiene una vida útil muy corta», aunque superado ese reto a corto plazo gracias a la técnica de altas presiones, ahora ponen su punto de mira en el sabor. Desde Finesse Truffles buscan tener «la capacidad de trasladar los sabores de los productos para que todos lo identifiquen y se puedan disfrutar en cualquier elaboración».

«La impresión 3D no viene a revolucionar el mercado de los nuevos productos agroalimentarios, pero al final es una alternativa, para grupos de población que tengan determinadas necesidades especiales, por ejemplo, en el caso de disfagia o personas mayores», Purificación García, doctora por la Universitat Politècnica de València en Ciencia y Tecnología de los Alimentos

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