A día de hoy, se generan 30 toneladas/mes de residuo de espuma viscoelástica postindustrial, lo que implica la necesidad de destinar por parte de la empresa un volumen amplio de almacenamiento, así como disponer de un sistema de gestión de retirada del mismo por parte de gestores autorizados que no siempre permite su valorización. Se conoce de la existencia de diferentes iniciativas experimentales y/o proyectos de I+D+i en los que, a través del reciclado químico, u otras vías alternativas pueden extraerse las materias primas con los que se han fabricado determinados tipos de residuos poliuretanos, pero enfocadas a otros productos.
A diferencia de muchos proyectos de reciclado, en los que hay espumas de poliuretano mezcladas con otros materiales (postconsumo), en este caso el residuo es postindustrial (es decir se encuentra bien caracterizado en tipologías (todas dentro de la familia de las espumas viscoelásticas), y con volúmenes conocidos y centralizados en un único punto).
Para facilitar el reciclaje y de esta forma lograr la economía circular, se están barajando y estudiando diferentes alternativas para poder lograr darle una segunda vida a este material, entre ellas y de forma prioritaria la obtención de poliol circular, estando así mismo abiertos a otras posibilidades en las que pueda valorizarse este residuo en la cadena de valor de la empresa.