En el desarrollo de platos para colectivos específicos ha primado siempre, a parte de las guías nutricionales establecidas, la aceptación del mismo por parte del consumidor, medida normalmente a través de paneles de cata.
Por otro lado, las empresas del sector, por regla general, no disponemos de información concreta de individuos o grupos poblacionales de los cuales existan datos de pruebas médicas anonimizadas relacionadas con su microbiana y su biodisponibilidad, y mucho menos de la correlación entre estas variables y la ingesta de una determinada dieta específica y sus efectos beneficiosos.
Por último, otros sectores están obtenido información de alto valor combinando información propia de individuos concretos, a los que se les añade información de datos digitales sociales (redes) asociados a los mismos, para establecer perfiles de colectivos globales muy reactivos a un determinado producto sin necesidad de obtener información de todos ellos.
En este contexto, la industria alimentaria necesita conocer experiencias de investigación en las que la ciencia haya sido capaz de:
- Desarrollar sistemas alternativos a los paneles de cata, o al menos tecnologías/metodologías que pueda reducir su coste de forma sustancial, permitiendo medir tanto la aceptación organoléptica como la mejora a nivel de salud física y emocional del individuo.
- Conocer ensayos, pruebas o análisis de datos, sencillas, novedosas, rápidas o accesibles, y que permita establecer la biodisponibilidad o el estado de la microbiota de un individuo o conjunto de individuos, de forma no intrusiva, permitiendo predecir cómo se comportará un determinado individuo frente a una dieta tipo.
Cuanto más fácil se puedan realizar este tipo de análisis, menos intrusivos, más económicos e incluso sin necesidad de hacerlos gracias a los datos digitales almacenados, más probabilidades de desarrollar nuevos modelos de negocio, productos o servicios alrededor de este concepto.