El sector avícola de la Comunidad Valenciana desarrolla su actividad de forma sostenible, según el Modelo Europeo de Producción. La Economía Circular aporta beneficios tanto para la sociedad como para las empresas, ya que implica reducir los residuos al mínimo.
Las deyecciones de las aves de corral, unida al material utilizado en la cama (viruta de madera, cáscara de arroz o paja de trigo) denominada estiércol o gallinaza, es semisólida o sólida.
La gallinaza se compone de las propias deyecciones y de restos de la cama – normalmente (viruta de madera, cáscara de arroz o paja de trigo – que en su retirada presenta un rango de humedad entre el 25% y el 40%), con una producción estimada de 30kg/m2 o de 2kg por pollo. Más información aquí.
En estos momentos, la gallinaza es retirada por empresas especializadas en compostaje, pero están apareciendo en el mercado soluciones para obtener pellets directamente de la gallinaza, abriendo una posible mejora en la eficiencia energética de las instalaciones, así como desarrollos eficientes en biogás u otras alternativas.
Se buscan tecnologías prometedoras con el objetivo de convertir el estiércol de aves de corral (ponedoras y pollos) en un producto(s) de valor agregado y energía.
Se han comentado dos alternativas, la primera, consiste en gestionar la gallinaza como abono/fertilizante en forma de pellets, para el sector agroalimentario o para generar energía, con su utilización en estufas de biomasa en granjas avícolas.
La segunda opción, consiste en ubicar una planta de tratamiento de la gallinaza en un punto estratégico (cerca de las granjas) para la generación de biogás/biometano que puede ser utilizado por varias industrias consumidoras de gas para su descarbonización.