Hoy en día la industria genera una enorme cantidad de efluentes industriales con una amplia diversidad de contaminantes, lo que dificulta el reaprovechamiento de estas aguas y aumenta los problemas de contaminación derivados de la actividad humana.
Además, dentro de los residuos que se generan, en numerosas ocasiones existen compuestos de valor añadido de los que la propia empresa podría obtener beneficios adicionales, pero que no son capaces de explotar debido a la dificultad de recuperación, extracción y/o purificación que presentan con respecto al resto del medio.